Las líneas principales de la ciudad están listas. Se ha trabajado el diseño de la distribución de los espacios, su interrelación y el impacto en el entorno para su crecimiento, dando como resultado el plano maestro o general con su trazo, vistas, descripciones y directivas; el blueprint de Ambra está creado. Esto más la base del alimento habitual para sus residentes o ciudadanos es el punto de partida de todo y por ello este artículo marca un parteaguas, pues la relevancia de este radica en que es un renovado ‘clamor en la desolación’, un llamado a que todo aquel que trabaja, ha trabajado o trabajará en la iniciativa o bien que ha sido tocado en algún momento por ésta a través de cualquier medio o persona, se decida a entregarse en verdad a ella.
Detrás de todo movimiento hay una voluntad externa a lo que se mueve, nunca se olvide, y por tanto detrás de todo evento como es el encuentro de dos personas o contacto con cierta información a través del medio que fuere, tiene detrás de sí una “idea” en el sentido más abstracto del término, esto es, tiene detrás no una creación humana sino lo derivado de una consecuencia lógica pura sobre hacia dónde se está moviendo este mundo, o sea, el propósito de esa voluntad iniciadora del movimiento —perdone si somos muy abstractos en este párrafo, pero solicitamos un esfuerzo del lector para captar las implicaciones en su propia vida si ha llegado a la información de la iniciativa Ambra, sea de la forma que fuere, y hasta este artículo. La manifestación de la idea en tiempo y espacio tiene distintos grados de éxito en cada periodo vivido, de acuerdo con nuestra capacidad de adecuadamente responder a lo más bello que dicho evento particular generó en nosotros, aunque hubiera sido solo por un momento; esa respuesta tiene que ver con nuestra propia evolución hacia algo más de lo que hemos sido hasta entonces.
Es claro que esto, ser más de lo que hemos sido, pero en el sentido de expresar lo más bello a lo que cierta voluntad desconocida nos movió alguna vez, implica inevitablemente una renuncia a algo, implica una capacidad en nosotros, que se empieza a manifestar, de sacrificar lo inferior en nombre de vivir en eso superior que hemos detectado y expresado aunque fuere por un instante; es nuestro propio futuro harmonizado con el futuro del mundo producto del movimiento causado por quien verdaderamente hace aparecer lo que entendemos como “fuerzas naturales”, quitémosle tantos nombres pero reconozcamos su existencia por este efecto: la capacidad de mostrar bondad pura aun a costa de nuestro aparente beneficio individual, esa es la prueba de su existencia.
Ambra necesita que esos donde la capacidad de sacrificio, un gozo por el sacrificio, empieza a manifestarse en ellos para formar el núcleo que la traiga al mundo. El que tiene esta capacidad así fuere incipiente entiende que en realidad no está renunciando a nada más que a su propia capacidad de hacer el mal. Ha encontrado esa perla y comienza a dar todo lo que tiene por ella.
Ambra es hija de esa bondad pura, de esa detección del amor puro en el corazón, pero fuerte, inteligente, justa y verdaderamente compasiva, no un mecanismo de asistencia. Es la iniciativa que deja atrás las emociones por la verdadera sensibilidad de la Consciencia Superior y aprende a utilizar correctamente la mente para alinearse a esa voluntad última causa del movimiento, es capacidad de análisis por excelencia que sustituye ahora a toda capacidad de crítica. Esa es la actitud a cultivar en todo trabajador por Ambra.
La iniciativa no esconde trampa ni engaño. A todo aquel que está participando o participará en ella, se le hace un llamado con especial énfasis a partir de este artículo a sentirse parte de un grupo, de un equipo donde la incondicionalidad y simpatía entre sus miembros surge por el servicio a un propósito común y nada más; surge del mismo propósito del cual forman parte, pero tal como las células diferenciadas forman un solo cuerpo. Esa es la base de la funcionalidad del plano maestro de Ambra y práctica mental, antes de mover una sola piedra, que se da a todo trabajador activo en la construcción de la iniciativa. En la actualidad hay un mal entendimiento del principio de pluralidad que debe aclararse, no se ha entendido que el concepto de unidad en la diversidad es comprehender que más bien es la especialización lo que nos mantiene unidos y que el error ha sido el querer imponer esa especialización desde un ente central o costumbre en lugar de permitir que aflore desde lo más bello e interno del individuo y por su propia decisión. Debes elegir uno de los siete puntos de la iniciativa para participar en ella.
Por otro lado, si alguno ha participado y ya no está trabajando activamente en su construcción ya sea porque haya perdido el espíritu, el valor o la resolución, sepa que el grupo siempre está abierto pues su incorporación no es una decisión que dependa del grupo de trabajo sino de esa propia respuesta del individuo al sacrificio, o sea, a su propia alma que le demanda hacer algo por los demás aun a costa de sus satisfactores cotidianos, es el reconocimiento de su responsabilidad con el mundo que va más allá de una ayuda esporádica sino de entregar lo que el mismo individuo ES, al servicio de una idea para lo que fue creado y puesto en momento y lugar, con las capacidades y cuerpo presentes. Es la entrega o rendición de nuestra personalidad a una Voluntad más grande, a una necesidad en el mundo, ese es el significado del color azul en el ojo del logotipo de nuestra Fundación.
Tú, cuya capacidad de sacrificio te llama y cuyo brío es ya incontenible, usa el blueprint como se te ha indicado, para que tu consciencia more ahí antes que en las apariencias del mundo, solo así podremos construir esta semilla que acelerará el reino de conciencia que este mundo inevitablemente será algún día.]